jueves, 18 de febrero de 2010

ENTIERRO DE LA SARDINA 2010



Como cada año, para terminar los carnavales, llega el esperado entierro de la sardina. Este año contó con la falta de José Manuel Sánchez Ríos, posiblemente el hombre que mas ha hecho por esta fiesta pagana. Como ya os conté el año pasado, los orígenes de esta fiesta no son del todo claros, el caso es que, como cuando Goya pintó en tiempos de José Bonaparte el famoso cuadro con este nombre este día representa el final del carnaval y el divertimento del pueblo con la trasgresión de los pocos valores que nos quedan.
Poca afluencia, como siempre salió el cortejo fúnebre, de la castiza ermita de San Antonio de la Florida, hasta el Casa de Campo, concretamente en las inmediaciones de la Fuente de los Pajaritos, riguroso luto mayoritario y cabe destacar un grupo disfrazados de fregonas con carteles que decían “Este país necesita un fregao”.
Como siempre por la mañana, el gran Gallardón, al cual le he tenido que pagar hoy, 199,51€ por unas multas de aparcamiento y estoy feliz con este desaprensivo y arrogante alcalde, que funde mis impuestos y multas en ficticias olimpiadas y cochazos de presidente de gobierno y para el no hay crisis alguna en la capital del reino. Bueno tras desahogarme de este alcalde, con complejo faraónico, vamos al tema, se reunió con la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina y en su discurso ironizó, con la crisis (no le veo la gracia) y el empadronamiento de ilegales, además de hacer alusiones a Esperanza Aguirre, una de los que le han calao.
Me voy a calmar y muestro una foto, creo que de 1991, en pleno entierro, Ramón Furió padre e hijo, este último vestido de mejicano, Pollito, con traje islamista, común con la guerra del golfo, observar el turbante, era de su padre que le tenia un recuerdo especial, ya que lo usó en la Legión Extranjera e hizo hincapié en que no lo perdiera, y ............ se imaginan lo que pasó, no se volvió a ver y yo de Dick Tracy, que acabé devolviendo en medio de la Gran Vía, imaginar a la gente la desilusión de ver un héroe del comic en semejante estado, el pollito y yo hicimos una buena pareja ese día, sin organizar nada, representábamos a yanquis e islamistas juntos. Eso sí, salí en Telemedrid varias veces por la originalidad del disfraz. Tiempos aquellos 90.

2 comentarios:

Rafa Rice dijo...

Es curioso eso que dices de el uso de ciertas prendas, como el turbante, que se tienen guardadas como "oro en paño" -no se sabe muy bien por qué- ¿recuerdos?, ¿nostalgias? y un día de repente, se le da un uso, como en los carnavales, que son muy propicios a ello, cambiando o perdiendo completamente el sentido que se le habían dado en un principio. Tal vez, precisamente por eso existen los carnavales, se produce una ruptura con lo establecido y además con burla, ironía, o sorna, algo que nos lleva directamente al cachondeo. Lástima que se vayan perdiendo, -como tú, bien dices- el espíritu a la transgresión de esos valores y sean menos cada vez los que lo ponen en practica.
Saludos y viva el carnaval (yo jamás me he disfrazado...)
Rafa Rice

Anónimo dijo...

¿Has ido este año?

Yo